461 pedidos para no ser pobre: la radiografía del trabajo en plataformas de delivery en Argentina

Pedalear o manejar una moto bajo el sol, la lluvia o el frío para entregar comida se ha convertido en una escena cotidiana de las ciudades argentinas. Pero detrás de cada bolsa térmica hay una ecuación económica que hasta ahora permanecía invisible: ¿cuánto trabajo real implica sobrevivir en la economía de plataformas?

La respuesta llega con el Coeficiente de Alcance del Pedido Promedio (APP), un indicador desarrollado por la Fundación Encuentro que traduce los ingresos de los repartidores a una unidad concreta: la cantidad de pedidos necesarios para alcanzar distintos niveles de subsistencia. Los datos de septiembre de 2025 son contundentes: un trabajador de delivery debió completar 461 pedidos promedio para sostener un hogar tipo de cuatro integrantes y no caer bajo la línea de pobreza.

La matemática de la supervivencia
El pedido promedio en septiembre alcanzó los $2.553,6, un valor que surge del promedio entre Rappi ($2.393,4) y Pedidos Ya ($2.713,8), las dos plataformas que concentran el mercado argentino. Esta cifra, aparentemente sencilla, se convierte en la clave para dimensionar el esfuerzo económico de miles de trabajadores.

Los números desglosan una realidad precisa: para alcanzar el ingreso promedio individual de Argentina al segundo trimestre de 2025, un repartidor necesitó completar 344 pedidos. Para sostener un hogar individual sin contar alquiler, 149 pedidos. Y apenas para cubrir su alimentación básica, 67 entregas.

"Lo que no se mide, no existe", señala el informe de Fundación Encuentro. Y justamente esa invisibilidad estadística ha sido una de las características del sector. A diferencia de empleos tradicionales, el trabajo en plataformas carece de parámetros de referencia sobre salarios y condiciones laborales, lo que dificulta cualquier diagnóstico o discusión sobre derechos.

Másde Podcast, desmenuzando el asunto

Nota: A traves de un formato podcast usando herramientas IA se realizó esta pieza bajo supervision periodística humana

Cuando el alquiler pesa más que el trabajo
Entre los indicadores más reveladores, el costo de la vivienda emerge como uno de los mayores desafíos. En septiembre, un repartidor necesitó completar 271 pedidos para pagar un alquiler promedio en la Ciudad de Buenos Aires, considerando departamentos de uno a tres ambientes. Para un monoambiente, la cifra fue de 184 pedidos.

La comparación entre julio y septiembre muestra una tendencia preocupante: el alquiler promedio exigió 11 viajes adicionales para ser cubierto en apenas dos meses, mientras que el monoambiente demandó 7 pedidos más. Esta variación refleja la presión del mercado inmobiliario sobre quienes dependen de ingresos por pedido, especialmente cuando el valor de cada entrega se mantiene prácticamente estable.

Los costos invisibles del trabajo digital
El indicador también expone gastos que muchas veces pasan desapercibidos en el debate público. Pagar el Monotributo categoría A, el régimen impositivo más bajo para trabajadores independientes, requirió 15 pedidos. Llenar un tanque de nafta de 3,5 litros, el tamaño promedio utilizado en el área metropolitana, demandó 2 entregas.

Para criar un hijo, considerando la canasta de crianza promedio que estima costos mensuales según grupos etarios, un repartidor necesitó 190 pedidos. En el caso de un bebé menor de un año, 171 pedidos. Y para alcanzar el Salario Mínimo Vital y Móvil vigente, se requirieron 126 entregas.

Estos costos operativos —combustible, mantenimiento del vehículo, planes de datos móviles, reposición de equipamiento— corren enteramente por cuenta de los repartidores y reducen significativamente el ingreso disponible real, un aspecto que el indicador no descuenta pero que resulta fundamental para comprender la economía personal de estos trabajadores.

Un sector sin marco de referencia
La economía de plataformas ha crecido sostenidamente en Argentina durante los últimos años, concentrando especialmente a jóvenes y migrantes. Sin embargo, a diferencia de otros sectores económicos, el delivery digital opera en un vacío regulatorio que dificulta establecer parámetros objetivos sobre condiciones laborales.

Los ingresos de un repartidor dependen de múltiples factores ajenos a su control: la demanda fluctuante de pedidos, las distancias a recorrer, las condiciones climáticas, los tiempos de espera y los criterios algorítmicos de asignación de viajes en sistemas jerarquizados que las plataformas mantienen en gran medida opacos.

"Aunque no se configure como una relación típica de empleo, los repartidores son trabajadores", enfatiza el informe. "Sostienen jornadas muchas veces extensas, dependen de decisiones que toman las empresas y enfrentan cierta inestabilidad de ingresos".

Las limitaciones de medir lo intangible
El propio indicador reconoce sus restricciones metodológicas. El APP se construye a partir de promedios que condensan una amplia heterogeneidad: los pedidos varían según tipo (simples, dobles, triples), distancia, medio de transporte, horarios y políticas de incentivos que cambian constantemente.

Además, mide ingresos brutos sin descontar costos operativos ni sumar propinas, y no captura la duración efectiva de las jornadas ni la intensidad del trabajo. Dos repartidores con igual valor del índice pueden tener experiencias radicalmente distintas en términos de tiempo, esfuerzo físico y exposición a riesgos.

La falta de datos públicos sobre volúmenes de pedidos, distribución por tipo de vehículo o características sociodemográficas de los trabajadores también limita la precisión del indicador. Las plataformas mantienen esta información como privada, lo que refuerza la opacidad del sector.

Una herramienta para el diálogo
Pese a sus limitaciones, el APP representa un avance significativo en la sistematización de información sobre un sector caracterizado por la fragmentación y la escasez de datos. Su desarrollo busca generar puntos de referencia objetivos que sirvan de base para discutir el trabajo en plataformas en el marco de procesos de diálogo social.

"El indicador tiene un sentido más amplio que el análisis económico", sostiene el informe. "Representa una apuesta de política pública: generar referencias que permitan orientar el debate sobre las condiciones laborales y las estrategias hacia formas más sostenibles de organización del trabajo digital".

En un contexto donde miles de personas dependen diariamente de las plataformas para sostener su subsistencia, contar con parámetros concretos y replicables se vuelve fundamental. El APP no resuelve por sí solo los múltiples desafíos del trabajo en plataformas, pero ofrece una traducción clara: cada bolsa térmica que recorre la ciudad representa una fracción mínima del esfuerzo necesario para alcanzar condiciones dignas de vida.

La próxima vez que suene el timbre con un pedido, la pregunta será inevitable: ¿cuántas entregas más necesitará completar esa persona para llegar a fin de mes?

 
Fuente: Fundación Encuentro, "APP - Coeficiente de Alcance del Pedido Promedio", Informe Noviembre 2025. Datos correspondientes a septiembre de 2025.