Salud mental juvenil: dos estudios revelan impacto preocupante por el uso de las redes sociales y el abandono estatal en Argentina

Investigaciones recientes exponen una realidad alarmante: el 31% de los jóvenes sufre ansiedad por el uso de redes sociales, mientras el Estado destina apenas el 0.4% del presupuesto sanitario a salud mental adolescente

Estudios e infomes15/07/2025MásDeAgenciaMásDeAgencia
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Foto press

Dos investigaciones científicas realizadas por prestigiosas instituciones argentinas han puesto en evidencia una crisis de salud mental juvenil sin precedentes en el país. Los estudios, que analizan tanto el impacto de las redes sociales como las deficiencias en las políticas públicas, revelan datos que deberían encender todas las alarmas en la agenda nacional.

El "Amor Tóxico" con las redes sociales: una epidemia silenciosa

El primer estudio, titulado "Amor tóxico: la relación de los jóvenes con las redes", fue realizado en mayo de 2025 por la consultora Reyes-Filadoro y Enter Comunicación, bajo la dirección de Florencia Filadoro, magíster en Comunicación. La investigación analizó las respuestas de 730 jóvenes argentinos de entre 18 y 35 años a través de encuestas online, grupos focales y escucha digital.

Los resultados son devastadores: el 31% de los jóvenes sufre ansiedad debido al uso de redes sociales, mientras que el 20% experimenta agotamiento emocional y otro 20% tiene dificultades para concentrarse. La situación se agrava cuando se analizan otros efectos: el 17% reporta problemas de sueño, el 16% sufre baja autoestima, el 14% vive en constante comparación con otros y el 11% experimenta tristeza o soledad. 
 
Impactos de las redes sociales en la salud mental de jóvenes argentinos según el estudio "Amor tóxico"
Instagram lidera el ranking de preferencias con un 68% de uso, seguido por Facebook con 59% y TikTok con 40%. Sin embargo, es TikTok la plataforma que más tiempo absorbe: los usuarios pasan un promedio de 17 minutos y 48 segundos cada vez que ingresan a esta aplicación, superando a Facebook (14:05), YouTube (13:30), Instagram (11:12) y X (10:40).
 
Tiempo promedio por sesión en diferentes plataformas de redes sociales según jóvenes argentinos
La paradoja es evidente: aunque el 56% de los jóvenes se siente saturado por el uso excesivo de redes sociales y el 55% intentó dejar alguna plataforma, la mayoría no tuvo éxito. Como expresó uno de los participantes en los grupos focales: "Mi relación con las redes es adictiva... es amor y odio". Otro agregó: "Es muy difícil relacionarse con la gente si no tenés redes".

Violencia digital: las mujeres como víctimas principales
El estudio también revela una realidad preocupante en términos de violencia digital de género. El 19% de los jóvenes declara haber recibido acoso sexual o mensajes no deseados, el 17% fue víctima de bullying y el 12% sufrió difusión de datos personales sin consentimiento.

Las cifras son especialmente alarmantes para las mujeres: el 34% sufrió acoso sexual, el 23% bullying y el 12% grooming. La preocupación por la privacidad es generalizada: el 64% de los encuestados está preocupado por su privacidad al usar redes sociales, y el 60% considera que empresas como Facebook, Google o TikTok tienen demasiado poder sobre lo que las personas ven o piensan.

Másde Podcast, demenuzando el asunto

Nota: A traves de un formato podcast usando herramientas IA se realizó esta pieza bajo supervision periodística humana

El Abandono estatal: una inversión insuficiente
El segundo estudio, "Adolescencias y salud mental: brechas y tensiones en las políticas públicas", fue realizado por Fundar en colaboración con la Organización Panamericana de la Salud (OPS) entre agosto y diciembre de 2024. La investigación estuvo dirigida por Fernando Zingman, médico especialista en pediatría y adolescencia, ex Coordinador Nacional del Programa Nacional de Salud Integral en la Adolescencia del Ministerio de Salud y ex Especialista en Salud de UNICEF Argentina.

Los datos revelan una negligencia estatal alarmante: el 50% de las afecciones de salud mental se manifiestan antes de los 14 años, con la ansiedad, la depresión y los trastornos del comportamiento como principales causas. Sin embargo, en 2023, el presupuesto nacional destinado a la salud mental adolescente fue apenas del 0.4% del total del gasto en salud.

Para poner esto en perspectiva: la Ley Nacional de Salud Mental, sancionada en 2010, establece que el presupuesto destinado a salud mental debería alcanzar el 10% del total del presupuesto de salud, pero en 2023 esta inversión representó solo el 4.1% del gasto total en salud.

La soledad como pandemia silenciosa
Fernando Zingman destaca en su investigación el impacto pernicioso de la soledad en la salud mental de los adolescentes, una problemática que se agravó significativamente desde la pandemia. Los jóvenes enfrentan una alarmante falta de apoyo adulto: ante situaciones de malestar, recurren principalmente a su círculo de pares, dada la falta de apoyo y escucha por parte de los adultos.

El investigador principal enfatiza que "la existencia de un adulto significativo que escuche puede ser determinante", pero la realidad muestra que muchos adultos son incapaces de ofrecer apoyo emocional suficiente. Esta situación se ve agravada por múltiples barreras de acceso: la mayoría de los dispositivos se concentran en las capitales provinciales y grandes ciudades, obligando a los jóvenes a desplazarse largas distancias, mientras que los horarios de atención limitados y la escasez de profesionales especializados aumentan las dificultades.

Confianza y participación: el ecosistema digital más allá del entretenimiento
El estudio de redes sociales también analizó los patrones de uso y confianza en las plataformas digitales. Los jóvenes emplean las redes principalmente para entretenerse (67%) e informarse sobre temas de actualidad (60%). Sin embargo, la confianza en estas plataformas es baja: solo el 27% de los jóvenes las considera fuentes confiables de información, mientras que el 28% no confía en ningún medio, ni digital ni tradicional.

En términos de participación política, solo el 15% de los jóvenes comparte siempre contenido político en redes sociales, mientras que un 53% lo hace a veces y un 32% nunca. Esta autocontención no implica desinterés, sino una adaptación estratégica a un entorno donde cada publicación puede generar consecuencias. El 57% de los encuestados afirmó haber dejado de seguir a alguien o haber perdido seguidores por diferencias políticas.

La búsqueda desesperada de soluciones
Los datos más reveladores muestran una búsqueda desesperada de soluciones por parte de los jóvenes: en mayo de 2025, se registraron más de 390.000 búsquedas relacionadas con "dejar el celular" y cerca de 1.900 búsquedas mensuales para "dar de baja Instagram". Las búsquedas en Google también muestran un interés creciente por términos como "adicción a las redes sociales", reflejando una preocupación activa por la dependencia digital.

Recomendaciones urgentes: un plan de acción Integral
Ambos estudios coinciden en la necesidad de acciones inmediatas. Fundar propone el desarrollo de un sistema de vigilancia epidemiológica específico para adolescentes, un sistema nacional de datos con información desagregada y accesible, y el fortalecimiento de los dispositivos de atención primaria.

También se enfatiza la importancia de ampliar horarios y capacitar a adultos responsables en habilidades de acompañamiento, así como promover la participación activa de los adolescentes en el diseño y monitoreo de políticas públicas.

Un imperativo social ineludible
La evidencia presentada por estas investigaciones de la consultora Reyes-Filadoro dirigida por Florencia Filadoro, Enter Comunicación y Fundar bajo la dirección de Fernando Zingman, constituye un llamado urgente a la acción. Los jóvenes argentinos están atravesando una crisis de salud mental sin precedentes, agravada por el uso problemático de las redes sociales y la falta de respuestas adecuadas del Estado.

La relación "tóxica" que los jóvenes mantienen con las redes sociales se combina con un abandono estatal que destina apenas el 0.4% del presupuesto de salud a la salud mental adolescente. Mientras los jóvenes luchan contra la ansiedad, la depresión y la soledad, el Estado incumple sus propias leyes y abandona a toda una generación.

La atención adecuada a la salud mental de los jóvenes no es solo una cuestión de política pública; es un imperativo social. La evidencia está sobre la mesa y los datos son contundentes. La pregunta que queda es: ¿cuánto tiempo más esperará la sociedad argentina para actuar?

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