
El gobierno, con la complicidad del Poder Judicial, prohibió un recital de Milo J que se iba a realizar en el Espacio de la Memoria Ex-Esma cuando 20.000 adolescentes y jóvenes hacían fila para ingresar. Policías y carros hidrantes amenazaban con la represión. Repudio de organismos de derechos humanos y artistas.